Biografía

Gilbert Herreyns nació en Bruselas en 1943, doscientos años después de Willem Jacob Herreyns, pintor flamenco (Amberes 1743-1827). Su primera infancia estuvo marcada por largas vacaciones en el Mar del Norte; probablemente fueron el origen de su atracción por el Mediterráneo. Después de terminar sus estudios secundarios (humanidades greco-latinas), decide ingresar en la Cambre (Escuela Nacional Superior de Arquitectura y de Artes Visuales), en el taller de pintura, primero bajo la dirección de Paul Delvaux y más tarde bajo la de Jo Delahaut. Este último ejercerá una influencia decisiva en su formación y comprensión del arte contemporáneo. La primera exposición de GH en Bruselas tiene lugar en 1965 en la Galerie Saint Laurent y mostró obras con tendencia al Arte Construido.

Estas últimas obras derivarán hacia unas producciones Op Art más personal, expuestas en particular en la Galerie  Résidence Empain (1970). Estos obras muestran la repetición de pequeñas figuras geométricas serigrafiadas en módulos de plàstico imantados que pueden cambiar de posición con la participación del espectador.

1965-72 es la época de la investigación, de diversas influencias, de la participación en varios grupos (Aménophis, le CAP…) y de replantearse cuestiones a raíz de la revuelta del 68. GH en este período ejerce como profesor en una escuela de arte (CAD), se interesa por las artes gráficas en las modalidades de grabado y litografía (atelier R. Kayser) y muy especialmente en la serigrafía, que le permite imprimir sus obras seriadas sobre polietileno.

En 1969, gracias a su amigo Michel Empain, GH descubrió Formentera, y con su ayuda construyó su refugio sobre los acantilados de la Mola. En contacto con el azul del mar, su pintura se purifica y se interioriza. Creación de laberintos geométricos bicolores a partir del símbolo de la cruz.

En Ibiza, conoció a Carl Van der Voort quien, interesado por su obra, le ofreció una exposición en su galería y trabajo en su taller de grabado, litografía y serigrafía. GH aceptó la oferta sin dudarlo y en 1973 se instaló en las Islas Pitiusas con su esposa Danièle y su hija Isabel. Trabajó en este taller durante cuatro años y tuvo numerosas exposiciones en la galería, hasta el año 1993, dirigida en este momento por Cati Verdera.

De 1974 a 1977 (después de la muerte de Danièle en Ibiza), GH realizó numerosas viajes de ida y vuelta entre Bruselas, Ibiza y Formentera. En este momento convierte sus laberintos geométricos en una decoración mural en la estación metro Tomberg (Bruselas,1976).

En 1977, después de la construcción de su primer taller en Formentera, reafirmó su decisión de vivir en las Pitiusas. Un año más tarde conoce a Neus, quien se convertirá en su musa y su esposa hasta el día de hoy. Junto con sus cuatro hijas (Carolina, Isabel, Sandra y Diana), deciden residir entre Ibiza y Formentera.

Toda la producción, comenzada en los años setenta y hasta el día de hoy, arranca de la profunda convicción de que no se trata de pintar ni la figuración ni la abstracción formal, sino más bien de transmitir las vibraciones de las cosas, de los elementos de la vida, cada uno con los medios a su disposición. Con esta idea GH abandona la creación de laberintos, intelectualizados en exceso, para reencontrar la libertad en el ejercicio y el placer de la escritura y de la pintura. Con tal objetivo utiliza un sistema repetitivo que consiste en la multiplicación con tendencia al infinito de pequeñas cruces (+++xxx) y del signo N a partir del año 1979: Trabajos repetitivos.

En 1981, construyó el “Atelier Bleu” en la Mola (Formentera) donde, durante cuatro años, realizó cursos de verano de grabado y  litografía  a los que asistieron artistas y estudiantes de todo el mundo. Al mismo tiempo, también es uno de los fundadores de la feria de arte y de artesanía de la Mola. Al principio participó con su obra grabada.

De forma paralela, en su tórculo, realizó una serie de grabados sobre linóleo que preparan la etapa siguiente de su trabajo: los cruzamientos (1985-92). Los cruzamientos consisten en obras realizadas con ambas manos que se componen de numerosas capas superpuestas de cruzamientos. La práctica de tal proceso permite la meditación que libera las energías y establece la comunicación con el entorno. El hombre, los elementos y más tarde los horizontes se toman como fuente de inspiración.

En Ibiza al inicio de los años 80, en un clima favorable para el arte, GH, como Presidente de Arteivissa y como miembro del patronato del Museo de Art Contemporani d’Eivissa(MACE), organizó los “Salones de Primavera” en colaboración con Néstor Pellicer y Cati Verdera.

En 1985, con la ayuda de Philippe Rotthier, construyó el estudio de Jesús (Santa Eulalia, Ibiza) donde continúa trabajando.

En 1991, GH y su amigo el pintor Michel Mouffe se mudaron a Nueva York, donde vivieron y trabajaron durante dos años en un estudio en 27w 27street de Manhattan. En su trabajo rápidamente desaparecen los cruzamientos y aparecen en él los puntos y las manchas en la búsqueda de un espacio cada vez más minimalista. También da importancia a una doble lectura del lienzo (de cerca y de lejos).

Abandonando los cruzamientos, realizados a dos manos, el artista ya no utilizará la mano derecha. Es un momento de intenso trabajo y de contacto con el mercado del arte en Nueva York. La parte más importante de esta aventura, sin embargo, seguirá siendo su confianza reafirmada en su viaje artístico y la amistad consolidada con su compañero de ruta.

En 1994, al regresar de Nueva York, comenzó en Ibiza una nueva etapa: la mirada hacia arriba. Este concepto se manifiesta por trazos matéricos y por los toques de pincel en forma de puntos. Reivindica más que nunca la técnica pictórica como medio privilegiado de comunicación artística. También realiza grabados y monotipos.

Desde 1996 GH trabaja con repeticiones no solamente de puntos sino de texturas, de trazos de color que se depositan siguiendo un movimiento de arriba a abajo y de izquierda a derecha: Las huellas de los pinceles. Pinceles cortados y utilizados como  plantillas. Estos años corresponden a una reanudación del contacto con el mundo artístico belga, facilitado por A.Winance, colaborador en su momento de los cursos de verano del “Atelier Bleu” de Formentera.

En los primeros años del siglo XXI aparecen estructuras lineales en un juego espacial de repetición y vibración. Realización de una obra de once lienzos monumentales integrados en la arquitectura de un edificio en Kyoto. Al mismo tiempo, organizó y presidió la comisión insular de la AAVIB de Ibiza y Formentera.

En 2002 las estructuras lineales se liberan, se mezclan con proyecciones de color y con chorros libres de pintura. La obra se vuelve cada vez más matérica, más colorida, con el uso preferencial de los tres colores primarios y, ocasionalmente, del blanco y del negro. La relación entre lo intuitivo y lo racional es más fuerte que nunca. Vicente Valero llamará esta época: texturas luminosas.

En 2007 GH viajó a Venecia para realizar in situ una pintura monumental en el Café Florian de Piazza San Marco.

En 2009 GH inicia su proyecto centrado sobre el color. Este primer año fue dedicado al azul, después apareció el rojo, más tarde  el amarillo para acabar con el negro. Aquí el color se considera como un medio, un vehículo para buscar e incrementar el conocimiento de sus relaciones simbólicas. La relación color-trabajo es una camino que recorrer. Tanto el pintor como el alquimista lo manipula y lo proyecta sobre un soporte. Con la ayuda de los ojos, aparecen  imágenes y vibraciones. Estas proyecciones de color constituyen el único medio de comunicación con el espectador, y la puerta privilegiada que da entrada al imaginario.

Verano 2012, en Formentera, camino del Taller Azul. La mirada de Gilbert Herreyns se dirige al suelo cubierto de agujas de pino, y surge la idea de trabajarlas con sus manos y bañarlas en pintura. Nace una nueva etapa de creación donde, poco a poco, las cosas de la naturaleza cobran cada vez más importancia. Más tarde, el artista usa ramas de sabina para hacer esculturas e instalaciones. Las maderas halladas en la orilla del mar son grabadas e impresas a mano. El conjunto, pinturas, esculturas, instalaciones y grabados en madera, se presenta entre 2015 y 2019 en Ibiza, Formentera, Palma de Mallorca, Venecia, Padua y Bruselas.

De ahora en adelante, el denominador común que define el trabajo actual de Gilbert Herreyns es la complicidad y colaboración con la naturaleza y sus componentes. La naturaleza se considera aquí no como un modelo para copiar o interpretar, sino más bien como un conjunto de energías, tanto locales como universales, que debemos trabajar y transferir en el campo del arte.