Gilbert Herreyns nace en Bruselas en 1943, doscientos años después de Willem Jacob Herreyns, pintor flamenco (Amberes 1743-1824). Los largos períodos de vacaciones de su infancia junto a la mar del Norte probablemente fueron el origen de su atracción por el Mediterráneo. Al terminar sus estudios secundarios (humanidades greco-latinas), decidió ingresar en la Cambre (Escuela Nacional Superior de Arquitectura y de Artes Visuales), en el taller de pintura, primero bajo la dirección de Paul Delvaux y más tarde bajo la de Jo Delahaut. Este último ejercerá una influencia decisiva en su formación y en su comprensión del arte contemporáneo. La primera exposición de GH en Bruselas tiene lugar en 1965 en la galería Saint Laurent; en ella muestra obras con tendencia Art construit.
Las últimas de estas obras posteriormente derivarán hacia unas producciones Op Art de carácter más personal, en especial las expuestas en la galería de la résidence Empain (1970). Estos trabajos muestran la repetición de pequeñas figura geométricas serigrafiadas sobre módulos imantados que pueden cambiar de posición con la participación del espectador.
1965-72 es la época de las investigaciones, de diversas influencias, de la participación en varios grupos (Aménophis, le CAP…) y de replantearse cuestiones a raíz de la revuelta del 68. GH en este período ejerce como profesor en una escuela de arte (CAD), se interesa por las artes gráficas en las modalidades de grabado y litografía (atelier R. Kayser) y muy especialmente por la serigrafía, que le permite imprimir sus obras seriadas sobre polietileno.
En 1969, gracias a su amigo Michel Empain, GH descubre Formentera, y con su ayuda construye su refugio sobre los acantilados de la Mola. Al tomar contacto con el azul del mar, su pintura experimenta una depuración y se interioriza. Realización de laberintos geométricos bicolores a partir del símbolo de la cruz.
En Ibiza conoce a Carl Van der Voort, quien se interesa por su obra y le propone una exposición en su galería y trabajar en su taller de grabado, litografía y serigrafía. GH acepta la oferta sin dudarlo y en 1973 se instala a vivir en las Islas Pitiusas en compañía de su mujer Danièle y de su hija Isabel. Durante cuatro años trabajará en este taller y realizará una serie de exposiciones en la galería, hasta el año 1993, época en que la galería era dirigida por Cati Verdera.
De 1974 a 1977 (después de la muerte de Danièle en Ibiza), GH realiza numerosas idas y vueltas entre Bruselas, Ibiza y Formentera. Por aquel entonces (1976) convierte sus laberintos geométricos en una decoración mural en la estación Tomberg del metro de Bruselas.
En 1977, después de la construcción de su primer taller en Formentera, reafirma su decisión de vivir en las Pitiusas. Un año después conoce a Neus, que será hasta el día de hoy su musa y su mujer y, juntamente con sus cuatro hijas (Carolina, Sandra, Diana e Isabel), deciden residir entre Ibiza y Formentera.
Toda su producción, comenzada en los años setenta y hasta el día de hoy, arranca de la convicción profunda de que no se trata en absoluto de pintar ni de una manera figurativa ni de una manera abstracta, sino más bien de transmitir las vibraciones de los entes, de los elementos de la vida, cada uno con los medios a su alcance. Con esta idea GH abandona la creación de laberintos, intelectualizados en exceso, para reencontrar la libertad en el ejercicio y el placer de la escritura y de la pintura. Con tal objetivo utiliza un sistema repetitivo que consiste en la multiplicación con tendencia al infinito de pequeñas cruces (+++xxx) y del signo N a partir del año 1979: Trabajos repetitivos.
En 1981 construye el “Atelier Bleu” en la Mola (Formentera). En este taller durante cuatro años promueve cursos de verano de grabado y de litografía que son frecuentados por artistas y estudiantes proveinentes de todas las partes del mundo. Al mismo tiempo es también uno de los fundadores de la feria de arte y de artesanía de la Mola, en el inicio de la cual participa con su obra grabada.
De forma paralela, en su tórculo, realiza una serie de grabados sobre linóleo que preparan la etapa siguiente de su trabajo: los cruzamientos (1985-92). Los cruzamientos consisten en obras realizadas con ambas manos que se componen de numerosas capas superpuestas de cruzamientos. La práctica de tal proceso permite la meditación capaz de liberar las energías y de establecer la comunicación con el entorno. El hombre, los elementos y más tarde los horizontes son tomados como fuente de inspiración.
En Ibiza al inicio de los años 80, en un clima favorable para el arte, GH, como Presidente de Arteivissa y como miembro del patronato del Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE), organiza los “Salones de Primavera” en colaboración con Néstor Pellicer.
En 1985 con la ayuda de Philippe Rotthier, construye el estudio de Jesús (Santa Eulalia, Ibiza) donde continúa trabajando.
En 1991 GH y su amigo el pintor Michel Mouffe se instalan en Nueva York, viven y trabajan durante dos años en un estudio en la 27w 27street de Manhattan. De su trabajo rápidamente desaparecen los cruzamientos y aparecen en él los puntos y las manchas en la búsqueda de un espacio cada vez más minimalista. Al mismo tiempo concede importancia a una doble lectura del lienzo (desde cerca y desde lejos).
Al abandonar los cruzamientos, realizados a dos manos, el artista dejará de utilizar la mano derecha. Es un momento de trabajo intenso y de contacto con el mercado del arte en Nueva York. De todas formas, lo que quedará como más importante es su confianza reafirmada en su carrera artística además de la amistad con su compañero de ruta.
En 1994, al regresar de Nueva York, comienza en Ibiza una nueva etapa: la mirada hacia arriba. Este concepto se manifiesta por trazos matéricos y por los toques de pincel en forma de puntos. Reivindicación más que nunca de la técnica pictórica como medio privilegiado de la comunicación artística. Mientras, GH realiza también grabados y monotipos.
A partir de 1996 GH trabaja con repeticiones no solamente de puntos sino de texturas, de trazos de color que se depositan siguiendo un movimiento de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha: Las huellas de los pinceles. Los pinceles son cortados y utilizados a modo de plantillas. A estos años pertenece una nueva toma de contacto con el mundo artístico de Bélgica, facilitado por A.Winance, colaborador en su momento de los cursos de verano del “Atelier Bleu” de Formentera.
En los primeros años del siglo XXI aparecen estructuras lineales en un juego espacial de repetición y de vibración. Realización de una obra de once lienzos monumentales integrados en la arquitectura de un edificio en Kyoto.En esta época organiza y preside la comisión insular de la AAVIB de Ibiza y Formentera.
En el año 2002 las estructuras lineales se liberan, se mezclan con proyecciones de color y con caídas libres de pintura. La obra se vuelve cada vez más matérica, más coloreada con uso preferencial de los tres colores primarios y, ocasionalmente, del blanco y del negro. La relación entre lo intuitivo y lo racional es más intensa de lo que jamás había sido. Vicente Valero dará en llamar a esta época: texturas luminosas.
En 2007 GH viaja a Venecia para realizar in situ una pintura monumental en el Café Florian de Piazza San Marco.
En 2009 GH inicia su proyecto centrado sobre un color. Este primer año fue dedicado al azul, después apareció el rojo, más tarde vendría el amarillo para acabar con el negro. Aquí el color es considerado como un medio, un vehículo para buscar e incrementar el conocimiento de sus relaciones simbólicas. La relación color-trabajo es una senda que recorrer. El pintor, al igual que el alquimista, manipula el color y lo proyecta sobre un soporte. Con la ayuda de los ojos, aparecen las imágenes y las vibraciones. Estas proyecciones coloreadas constituyen el único medio de comunicación con el espectador, y la puerta privilegiada que da entrada al imaginario.
Desde 2012 GH utiliza elementos de la naturaleza formando parte de su entorno cercano y les incorpora en su trabajo,,sin abandonar sus investigaciones sobre el color. Realiza tambien projectos en tres dimensiones.
Últimamente GH ha reestructurado el “Atelier Bleu” de Formentera. Reparte su tiempo entre este estudio, donde realiza su obra sobre papel y el de Ibiza, donde se dedica preferentemente a la pintura.